miércoles, julio 22

Smells like Teen Spirit

Creo que tengo un olfato muy desarrollado y aunque se que esto proviene de la parte más primitiva de mi cerebro me gobierna de una manera impresionante, me produce reacciones automáticas e inhibe mi voluntad, de verdad.

Es una sensación muy intensa, como si mi cuerpo entero quisiera aprehenderlo  todo de una vez. Cuando lo que percibo es un olor repentino intento retener la respiración para dejarlo en mi, cuando es una estela respiro rápidamente buscando la fuente de ese olor mientras mi cerebro busca con la misma velocidad en su fichero a quién me remite.

No son los olores desagradables los que me hacen perder la cabeza, son aquellos que me llevan a personas ausentes, descubrir un olor tan característico sin que esa persona esté presente me genera un corto circuito... tal vez esa es la razón por la que odio los perfumes, es como tener contacto con un alma sin cuerpo al que abrazar. Eso y que invariablemente se crea en mi un registro imborrable.

En fin, dentro de todo encuentro una ventaja: las veces que me he reencontrado con alguien que conserva la misma fragancia, mi registro de datos aporta intensidad a ese momento y lo graba en mi disco duro con mayor fuerza.

Como todo, he aprendido a vivir con eso, sintiendo un hueco en el estómago cada vez que el nostálgico aroma de una relación inunda mis fosas nasales.

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