Hoy me subí a uno de los nuevos camiones ecológicos, justo estaba observando lo impecable que estaba todo cuando un tipo en una camioneta lanzó algo contra el camión y rompió el vidrio... todos nos asustamos y alguien sugirió tomar las placas, fue un buen momento para estrenar la libreta y pluma de bolsillo que tanto tardé en conseguir, pasamos el papel de mano en mano hasta que llegó al chofer.
Cuando llegamos a la base me acerqué al operador para decirle que había olvidado escribir el modelo y el color (pero afortunadamente sí lo recordaba), se me hizo un hueco en el estómago cuando vi que su pantalón azul marino estaba cubierto de cristalitos y me regresó el papel con la mano temblorosa.
La gente esta loca, especialmente la que vive en ciudades tan desquiciantes como la mía, solo así me explico que haya quien so pretexto de cualquier estupidez lastime a quien se atraviesa en su camino.
Después del cristalazo, la camioneta y el camión coincidieron en un alto pero nuestro chofer no hizo nada, creo que fue lo correcto pues, a pesar de la frustración, no debemos ser parte de esa cadena de neurosis que desemboca en la violencia.
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