viernes, mayo 29

Goliat


De nuevo ocurrió en el microbús.

Abordé para recorrer unas cuantas cuadras. Pagué y me senté del lado derecho en un asiento de cuero sintético cuya temperatura estaba muy por encima de la mía, producto quizá de su larga permanencia bajo el rayo del sol que dominaba todo ese costado.

Nuestro recorrido era amenizado por esa mezcla de estilos cubanos comúnmente llamado salsa. 

No recuerdo la canción, me perdí en la calidad del equipo de sonido de "la unidad", sentía estar ahí, entre los timbales y los bongóes, entre las breves pero constantes intervenciones  de la tuba y  el cencerro marcando los tiempos; me encontraba inmersa en un viaje sonoro que fue abruptamente interrumpido por una voz grave, ahogada en lo que algunos hubieran considerado un escándalo, un hombre bajito, moreno, de unos 60 años: "bájale a tu pinche salón de baile, cabrón"

El chofer bajó un poco el volumen para preguntar cortésmente cuál había sido la petición, ésta se repitió en modo y potencia semejantes, llenos de asombro el "pasaje"  y el chofer, el segundo decidió ignorar el comentario y seguimos disfrutando la pieza. Una vez terminada la canción de la discordia, el "micromedonte" cedió y disminuyó el volumen. 

Y así, un pasajero que había pagado la flamante cantidad de $3 por el servicio que se le otorgaba venció al gigante.
  


viernes, mayo 22

ticket to ride?

Eran las 9:57 cuando vi el reloj por última vez, antes de rendirme ante el sueño que me acompañaba en el micro de regreso a mi casa. 

Después de un rato sentí que nos detuvimos y el motor paró, entonces escuché una voz "me permite señorita?" abrí los ojos entre confundida y somnolienta y vi al chofer a mis pies tratando de sacar algo de debajo de mi asiento, hice los pies a un lado y sacó su escoba con la que empezó a barrer el pasillo de "la unidad", un olor desagradable se propagó rápidamente... en la penumbra vi pasar frente a mi (estaba sentada junto a la puerta) al causante de todo: un fragmento de materia fecal introducido accidentalmente por alguno de nosotros... 

Las reacciones no se hicieron esperar, algunos opinaban que habría sido mejor no moverlo de lugar pues ahora olía peor, otros se concentraban en descubrir al portador de semejante inmundicia, otros, como yo, intentaban entender qué estaba sucediendo y uno más, el único, siguió imperturbable metido en su celular: teníamos al culpable identificado. 

Hubo un cruce de miradas entre los pasajeros y se escuchó la voz de una señora (casi siempre son ellas las que transmiten el sentir popular) diciendo en voz baja (casi siempre intentan hablar en voz baja) "de nada sirve que la echen pa' fuera si en el zapato trae la porquería"

Contrastaba la actitud impávida del sospechoso con la del "operador" que iba de aquí para allá intentando remediar el incidente, ya barría, ya limpiaba con papel de baño, ya rociaba el área afectada con diversos limpiadores; y con la de los pasajeros que buscaban rápidamente abrir rutas de ventilación... el olor ahora era más penetrante y un comentario más se hizo escuchar "nunca tapes un olor con otro olor"

Pasados algunos minutos pudimos continuar nuestro camino, no logré recuperar el sueño, había muchas cosas en las que pensar...



 

sábado, mayo 9

por qué el América?


Porque decidí suplir su ausencia con el peor de sus defectos: ser Águila.

Porque se que durante 90 minutos podemos compartir el mismo tiempo aunque no el espacio.

Porque a través de las "jornadas" puedo llevar la cuenta del tiempo que hemos estado lejos.

Porque quisiera tener un tema de conversación que no la entristezca cuando la vuelva a ver.

Porque para ella era un escape y quiero intentar encontrar ahí el mío.

Porque la extraño, así de simple.